domingo, 3 de abril de 2011

Las garras.

El pezón de una teta pública, autóctona y orgánica, reposa sobre un tronco partido, llamado algo así como España. Sin embargo, dos sendas garras, una por un lado y otra el por otro, se agarran alternativamente, tal ejercicio gimnástico intrascendente al sangrante y maltrecho pecho. Es oficial, estatal, gubernamental, público... Solo es electoral. ¿Democrático? Arriba a la izquierda del hemiciclo en lo alto, una oscura fosa exsoviética, a la diestra, a la misma altura, la cruz rota de la rueda de un carro. ¡Que desgracia! Año 1998.

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