viernes, 15 de abril de 2011

Odas al Ser +. (1).

No es necesario gritar para que me escuchen los ángeles, de mundano artificio los caídos, de amor sincero los ascendidos.
Ha tiempo que guerrean en mi corazón.
La belleza para mi es la sabiduría del Caduceo que sufro con la libertad inevitable del Origen y con ella me atrevo a rechazar no sin gran temor, lo atroz.
Presto prudente atención al subjetivo fragor de la batalla, incluso observo la delicada polvareda de lo venial.
Reconozco el peligro del abismo, que muestra la común fosa y sin embargo, ahí me encontrareis, ante su pie frente al inacabable Estar del Horizonte.
¿Por qué desconfías animal y hombre? ¿Por qué provocas el miedo? ¿Quién te ha enseñado? ¿Un libro leído al revés? ¿Un drama mal interpretado?
Ahora no te quejes de no Ser por no saber Estar.
Mira, ahí sigue en el mismo lugar el viejo sendero aún cruza el dorado trigal, hasta llegar a la fuente que la vida regala a la verde vaguada del destino protegido por tu Padre.
La ola celeste del crepúsculo mece fértiles espigas cuando a lo lejos se escucha el vibrante tintineo de una campana, llamada feliz de la ermita del Santo, amante de los amantes. Emulsiona con ese horizonte donde no solo existe espacio.
¿Qué sabes del Cielo? ¿Dudas? Mientras las nubes de colores íntimos se deshilachan bajo el prisma de luz de la existencia.
¡Que belleza transformada ya es noche estrellada! Radiantes fenómenos de la naturaleza. ¿Acaso existen sin Causa?
El Principio manifiesta su misión tanto en primavera como en otoño, entre tanto, nos distraemos con los verdes brotes que se elevan en busca de luz o nos ocultamos bajo el manto de doradas hojas caídas y a esperar algo de suerte en la vida, solo eso, fortuna…
Qué difícil es Ser sin saber cual es nuestra misión. Ser y mundo, ser y tiempo, ser y circunstancia, ser o no ser…
¿Y si supiésemos del Origen fenomenal de nuestra existencia? ¿Cumpliríamos?
Sin embargo, aunque todo te parezca un espejo y nada se fije en Él, es al contrario, todo es Morada, aunque te sea extraña al despertar cada mañana, cuando la abstracción de la noche, ni te ha mentido, ni te ha dicho la verdad y ya ha desaparecido al mediodía, para regresar de nuevo una noche más en el talud del Sueño.
La luz del Astro vulnera con facilidad la rotación chismosa de la murmuración de la Carne y del pensar en círculos, así como penetra toda la ley de Gravedad.
La luz es el principio del Héroe en busca de batalla siempre, si alguien ofende a su Amor. Incluso en la Noche. Así es su misión: Una atención completa al Mundo. ¿Para qué serviría existir si hemos de morir? ¿Por qué seguimos a la Vanidad?
Ya es tiempo de amar con la razón del Enviado Encontrado y emanciparnos para siempre del limite del espacio que nos atormenta bajo su determinante visión paradójica y mortal.

¡Evolucionemos ya! Realicemos la Experiencia completa, unión de todo el Fenómeno de la obra encomendada a todos los que somos simples Humanos ¡Nada menos!

No es necesario escuchar voces angélicas, ni negarlas ofrecer el corazón al Amor, dar sin esperar a recibir como hacen cada día confiados la mies, también la vid y el cordero.
De rodillas o sentado, el murmullo desaparece y también el silencio, sin embargo una austera sonrisa se traza en el rostro tranquilo, nadie habla, nadie escucha, nadie sube, nadie baja.
¿Qué misterio? ¿Entonces quién vive?

¡Una Cruz de Luz en el Templo!

¡Compréndelo! Es una Sagrada Forma siempre viva.

No somos pues unos deportados del universo,
sobre una tierra de incongruentes convulsiones e insatisfecha miseria,
¿Por qué nos olvidamos de aquel día?
Cuando perdimos la percepción de la invisible fragancia
que emana la rosa en el edén primordial.

Así, abandonados vagamos por una tierra baldía de Ideas.
Poco se escucha ya con cierto tino en el ruido de la comunicación.

¿Nos hemos deportado a nosotros mismos a un lugar que no existe?
Los Signos se alejan poco a poco del alcance de los humanos.

Ya no cumplimos las promesas. ¿De quién somos aliados?
¿Ciertamente hemos olvidado qué somos?
¿Estamos abandonados? ¿Acaso perdidos sin Voluntad?

Sin sujeto, solo objeto, como cachivache fracturado,
por la envolvente pesadumbre del absurdo sinónimo de vida
que hemos inventado, para torcer la Pre-Esencia.

Aunque los deseos nos enloquecen, soportamos
su fosco yugo de mueca alegre hasta la muerte
de ojos enmascarados y cuerpo embalsamado,
bajo sudario sin alas, sin relaciones eternas.

No existe diferencia en el flujo perenne del tiempo
entre vivos o muertos, salvo en la proposición erudita:
El humano tiende a autodefinirse bajo un corte diametral,
colmado de fetiches lógicos hasta el finito,
más uno siguiente nominal y no contradictorio,
si no, se rompe la regla observante del paradigma: Soy persona.

¿Y eso qué es?
Solo una ley de la realidad del ánima ausente.
El Alma presente no precisa de diferencias.

La contemplación recorre un fecundo mundo
que no es, ni el de la ciencia, ni el de la sabiduría.

El viaje se hace sin oposición, sin universo,
sin edad. A través de un armónico movimiento.

El Silencio es el acto de una palabra del Misterio.

La Paz de la Aurora es un rito sin opinión
de solemne experiencia,
que deja atrás la querencia del paisaje banal
él de la Caverna
y el Origen manifiesta su informe potencia de Esplendor.

El mundo no es del Mundo,
es de la Contemplación de la Paz.

Lo arcano se restaura con el misterio de Agua y de Fuego
aparece la gracia de una ascensión humilde y sencilla,
bajo la confiada capitulación a la Luz del Primer Rostro.

Así se nace a la única Vida, lejos de toda fantasía cósmica
y de la vibración convulsa con o sin ritmo de una vacuidad activa.

Rompe el nivel con un dulce empeño: Haz la Voluntad.

Cruza el umbral del Divino Horizonte.

¡Despierta a tu Cruz de Luz!
Año 2007.

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