lunes, 4 de julio de 2022

Seguir.

 

Alzar el pretexto para atisbar

una alegoría, quizá Océano

el gran río que rodea el mundo

Allá lejos donde solté el equipaje

en medio de multitudes agitadas

con jardines prodigiosos

y bahías vírgenes, fui peregrino. 

Susurro un secreto para seguir.






A la orilla del mar.

 No sé por qué rondo la mar, roca memoria de luna, calma brava, orilla.




La vuelta.

Tras el final de la angustia, me aguardaba una vereda en la montaña. 

Entérate de una vez, lo que aludes como pequeña muerte, ha capitulado.

Allí en la parte alta, susurro de hojas, recuerdos descifrados y después vacío.

Frágil luz tiritando entre nubes. Ardua existencia, corazón sepultado,

tierra oscura, una piedra, un olvido.

Lo que vuelve del vacío vuelve para llenar el tiempo.

Me pregunto si el olvido me borrará como la niebla se lleva el paisaje.

No me preocupa el final, ni el principio, solo la alquimia de la vida.

Allí en la parte alta, más allá de donde bogan las nubes, recuerdos y después vacuidad.

Luego regreso a un iris con los colores del mar.



La Ley de la Montaña.

Firmamento, estrellas, ríos de lava, glaciares, fuentes, torrentes, afluentes, caudales, bosques, junglas, selvas. La Ley de la Montaña.



El volcán Parinacota (6.319 msnm) es un estratovolcán situado en la frontera de Bolivia y Chile, entre el Departamento de Oruro y la Región de Arica y Parinacota respectivamente, encontrándose sobre la cordillera de los Andes. Junto con el Pomerape, conforma los nevados de Payachatas, «dioses» para los habitantes del altiplano andino, tanto bolivianos como chilenos.


lunes, 12 de marzo de 2012

Arcadia del Mar.(XIII).


La antigua cala de pescadores me recuerda al Viejo y el Mar: "Mi decisión fue ir a buscarlo, más allá de toda la gente en el mundo".

Sueño el mar dorado para ir a pescar.

Para seguir el viaje, un navío.

Alba mar lapislázuli, presto dorada, luego cian.  

Las olas son irreversibles, se suceden unas tras otras, como los instantes.

Continuo pensar de olas y colores.

Isla prójima al continente, sin embargo isla.

El islote tararea burbujas, el palmito crepita con la brisa.

Mar indómito, mar de mares

Alianza del horizonte con la vacuidad. Mañana nebulosa.

El viento silva como sutil enjambre, despabila el silencio del pino, aviva el oleaje.

El mar abre arcos, sed de perlas, agua viva.

Líquida esmeralda chapotea la gruta de los cantiles.

Sucede, el pino, la roca, el mar.

A la orilla del mar, ola blanca, agua verde, esperanza.

Ensueño vidriado. Principio de caverna con gemas.

Marina, llama a las caracolas para que el sol no se duerma.

Olas suaves, mar con música, resuena la esfera.

Foco anti materia oscura.

Eclosión de una futura centella.

Flor de almendro.

Probabilidad de eclosión fotónica.



Ondula el mar más alto que la tierra.

Playa fósil. Mar de ópalo.

Ya amaneció farallón de inamovible singladura.

Necesitamos al sol y el mar para aprender.

Olor a pino, espacio litoral, calas, cabos, embarcaciones de recreo. ¡Fiesta!

¿Por qué se enfada la gaviota?

Giro, las alas al viento, la cabeza recta.

Sueña la primavera. El almendro se viste de flores.

Bosque hermano inspira, el sol reluce sobre el mar.

Oro líquido, barcos a la mar.

Vida, mar, temblor, roca.

Deseos, fugaces destellos, ilusorio baño de desengaño.

La realidad es acción material y espiritual.

Un caminar hacia la vibración del mar.

La tierra también tiene garras que se ciernen al libre mar.

Agua, sal, luz. Belleza, fusor de subsistencia. Vislumbre.

La belleza de la naturaleza es gratuita y produce felicidad.

Las olas como las emociones derraman espuma persistente a la playa.

Ondas, colores, mares. El lugar que busco es el mismo que floté al inicio.

La playa, el mar, rastrear la estela de una existencia perdida, de una conciencia sideral.

La nave boga sin vacilar hacia el rumbo que tiene trazado en el horizonte, sea una roca, sea una estrella.

Mar de mercurio, de planeta a planeta, desde la luna al sol.

Lunes 12 de marzo de 2012.










lunes, 13 de febrero de 2012

Arcadia del Mar (XII).

Taso la vida con miradas a la playa y olores a mar.
Ascienden las palmeras, al fondo una montaña penetra las aguas.

Miro el mar desde la playa sobre algas y cantos rodados. Olas blancas.
Miro el mar desde la montaña, junto al tomillo y el romero.
Luces diversas que cambian como el arrullo de la brisa fría.

Mar, espejo múltiple, colección de instantes. Viento libre, recuerda.
Playa de mar y calcita, turquesa fluida que no cesa.
Mar de zinc, de plata, de oro. Pronto lluvia, agua pura.
Árbol de la vida, raíz del mar.

Cueva marina, puerta abisal, morada de Eolo hijo de Poseidón.
Quimera vetusta, alegoría meteorológica.
Ciclón o anticiclón, poderes ajenos a nuestro gobierno.

Roca estriada, mar de acíbar. Aleteo de aire, susurro de olas.
Cielo achubascado, álgido, presto a cellisquear.
Cobijado evoco la caminata montaraz de anteayer, fragancia virgen, espliego añil.

Cuando los días claros subo a la colina para divisar las islas Pitiusas.
La mirada es como la del barco de pasajeros, ida y vuelta; tierra, mar, tierra; isla, universo, continente.

Caleta de cantil y guijarros, sonrisa del mar.
Torre vigía sin bandera miras el bruñido mar de azur.
Casitas de colores junto al mar.

Agua y sal, mar; nubes y aire, cielo.
Crisol, mar, vida.
 
Por la pequeña luz del faro vivo, luminaria entre la neblina, salvador de naufragios.
Mínimo sol, densa niebla, invisible mar.

Ha salido, al final de la tarde, la luna que crece.

Jávea  13 de Febrero de 2012.