Alzar el pretexto para atisbar
una alegoría, quizá Océano
el gran río que rodea el mundo.
Allá lejos donde solté el equipaje
en medio de multitudes agitadas
con jardines prodigiosos
y bahías vírgenes, fui peregrino.
Susurro un secreto para seguir.
Alzar el pretexto para atisbar
una alegoría, quizá Océano
el gran río que rodea el mundo.
Allá lejos donde solté el equipaje
en medio de multitudes agitadas
con jardines prodigiosos
y bahías vírgenes, fui peregrino.
Susurro un secreto para seguir.
Tras el final de la angustia, me aguardaba una vereda en la montaña.
Entérate de una vez, lo que aludes como pequeña muerte, ha capitulado.
Allí en la parte alta, susurro de hojas, recuerdos descifrados y después vacío.
Frágil luz tiritando entre nubes. Ardua existencia, corazón sepultado,
tierra oscura, una piedra, un olvido.
Lo que vuelve del vacío vuelve para llenar el tiempo.
Me pregunto si el olvido me borrará como la niebla se lleva el paisaje.
Firmamento, estrellas, ríos de lava, glaciares, fuentes, torrentes, afluentes, caudales, bosques, junglas, selvas. La Ley de la Montaña.