viernes, 15 de abril de 2011

Angustia.

Ni escudero, ni caballero, ni plebeyo, ni señor. ¡Solo la Vida! Hueca tal ánfora mentirosa, depósito de bajel con particular deriva. Era perdida de Lemuria, ojos de arena, piedra fósil de palmera. Pozo de petróleo, carne quemada encubierta, avaricia. Mundo de crédito, plástico magnetizado, insolencia. Comisariado, comisionado, fidecomiso… Viento denso, infesto de angustia, sin oxígeno, sin éter, sin Eterno ocultas la luz del rostro en el espejo, gran ignorancia. Jadeo nasal, roto en la garganta, que no llega al corazón, fórmula de gases sonoros entre dientes y más allá de ellos. Año 1998.

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