lunes, 28 de marzo de 2011

Oda indígena.

Es fresca esa noche de que gusta al noble, por ser entusiasmada cadena en verter los lazos y las musas. Comprendo el afán del paria por una perra coartada sobre el retrete, cosas de señores aún. Rompe el tonto reto, gana la insolencia cuando el humo es tuyo y tú de ellos, sendero con un fin glorioso o maltrecho tuyo, para ti, porque vives. Oyes los pájaros, los coches y la fuente, sabes eso, ignoras lo demás, sacas el punto para testificar. Aunque el sitio es estrecho y calumnias abundan, ve al lugar perdido, allí toca el rumbo, para volver cuando no queden tintas para chupar. Luego, planta varios árboles contempla, el cielo que está sentado en nosotros y quédate en casa. . Año 1972.

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